¡Bienvenido! En este blog vas a encontrar una reseña e imágenes de las actividades que llevamos a cabo en materia de Pastoral en el colegio Escuelas Pías de Zaragoza.

17 de agosto de 2009

Taizé

Esta semana pasada ha sido un poco especial para algunos de los que participamos en la pastoral del colegio.
La mayoría no lo sabréis, pero estudié Derecho, y una de las cosas que aprendí fue en principio de derecho civil que dice: "nemo dat quod non habet", en cristiano, nadie da lo que no tiene.
Pues bien, como os comentaba, la semana ha sido especial porque hemos tenido la oportunidad de ir a beber de una de las fuentes de nuestra fe y poder transmitiros algo durante el curso. Algunos catequistas de Grupos Calasanz, junto con el equipo de pastoral del cole hemos podido disfrutar de una semana de oración, meditación y convivencia en Taizé (Francia) con la Comunidad que desarrolla allí su ministerio.
Una comunidad que nació por el empeño personal del Hno. Roger con un marcado espíritu ecuménico y que hoy se ha convertido en un centro de espiritualidad interconfesionaal en la que vivir la fe y, para quienes pasamos por allí, en un lugar de meditación y reflexión en el que poder vivir, celebrar y compartir nuestra fe, no sólo entre nosotros sino con otras confesiones cristianas (protestantes, ortodoxos, luteranos, anglicanos...) unas 4000 personas en total, aunque nos han dicho que la anterior hubo 6000, y así una semana tras otra juntando cada una a miles de jóvenes.
Dicho así, tal vez os diga poco, pero seguro que todos habéis oído alguna vez muchas de las canciones que invitan a la oración típicas de esta comunidad (Nada te turbe, Magníficat...), en ellas se basa su método de oración, frases cortas que se repiten sin cesar para interiorizarlas en lo más profundo de nuestros corazones.
Creo que ha supuesto para todos los que hemos ido, algunos por primera vez y otros, como Josema, por décima, una experiencia inolvidable, en la que hemos podido compartir con jóvenes de otros credos y del propio la experiencia religiosa. Rezar tres veces al día con la Comunidad, en celebraciones de más de una hora, que se hacían cortas y que continuábamos personalmente durante otra hora o más. ¡Una auténtica gozada!
En definitiva, una experiencia en la que hemos podido gozar del contacto con Dios en la oración y la comunión con los hermanos.
Os dejo algunas fotos para, como siempre, poneros los dientes largos. Ah... y todo ello en un lugar idílico.

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